MANIFIESTO

 

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La literatura nace con el lenguaje y los primeros literatos eran los cazadores y recolectores que encarnaban en sus palabras la belleza de la creación. La filosofía y la jurisprudencia nacen de poemas, ya que la inspiración poética era, para los antiguos, la condición de posibilidad de la sabiduría humana. Los dioses se expresaban en enigmas y en parábolas. Las narraciones, alrededor de la hoguera neolítica, constituían el recuerdo de los antepasados y de los héroes. Y en cada tribu existía una persona que se dedicaba a memorizarlas y se le llamaba «el guardián del sueño».
 

En este mundo técnico e ideológico el arte y la literatura se han expandido de tal manera que peligran su autonomía y la conciencia de su propio valor. La memoria ha quedado enterrada en los archivos. La poesía desterrada de toda expresión popular, apenas muestra sus maneras en las canciones. El espíritu abandona al verbo y este no es más que un engranaje de nuestra civilización técnica, engrasado por la publicidad y los discursos políticos fabricados para la fugacidad y el olvido.   El excesivo ruido de nuestra civilización actual está despojando lenta, pero inexorablemente, la esencia verdadera de toda palabra que nos ayuda a estar siendo en esta realidad de dócil amargura.

 

ANBOTOKODAMA copia¿Qué nos resta a nosotros, los aficionados y creyentes de este ramo? Volver a encender la antigua hoguera, recordar los viejos poemas y narraciones, conectarnos con los antiguos y modernos que conservan la fuerza del fuego con el que las palabras nacieron de la boca humana. La renovación de la literatura y de todo arte de la palabra hará renacer el espíritu y la esencia humana, y será ratificado por los corazones que vuelvan a sentir el latir de la imaginación que quiere encarnarse en palabras.

 

Nos trae aquí ese entusiasmo sin zarandajas ni desmitificaciones. Por eso ponemos a la Diosa, a la Señora Mari o MARIJAINKOSA, en el frente de este portal-web; como llamada al poder de lo intangible que responde cuando es convocado. Como llamada a la tierra de Euskadi, fecunda en leyendas y mitos y de hondas raíces. Convocamos, sí, a la señora de la tierra, de los cielos, del mar, del mundo subterráneo. De las dimensiones que nos constituyen como seres terrestres y celestiales, cuyos sueños deben romper en canción o en cuento.

 

El lenguaje no es una gramática de formalizaciones ni de ideas, el lenguaje es un río que nos lleva y lleva a nuestros pensamientos, que son los decretos de nuestra existencia. Por tanto, aquí queremos decretar el amor a la belleza, a la emoción, a la lucidez que se transparenta cuando la propia palabra nos transporta más allá de nosotros mismos y al otro lado de nuestro ser, para que nos contemplemos en el esplendor de nuestra plenitud. Llamamos a la memoria, guardiana del espíritu, del intangible palpitante que mil veces ha formulado las verdades por las que los niños juegan, las personas trabajan y los héroes cumplen sus hazañas.

 

Es nuestra intención crear y valorar lo que se gesta en el ámbito del arte y de la literatura. Nos une la conciencia de que la literatura es prolongación de la vida y, por tanto, su cometido es acrecentar el sentimiento y comprensión que tenemos de ella.

 

Nosotros, pobres hombres y mujeres, llamamos a lo que es más que nosotros y está en nosotros mismos. Que se hagan verdad, en la medida en que podamos, los versos de un viejo poeta a un poeta muerto:

 

 In the deserts of the heart

Let the healing fountain start,

In the prison of his days

Teach the free man how to praise

 En los desiertos del corazón

deja que mane la fuente curadora,

en la prisión de sus días

que el hombre libre aprenda a alabar