LA POTENCIA Y LA CONFUSIÓN
su absoluta eficacia en el exterior se manifiesta
su auténtica forma en el interior actúa
retorna al vacío primigenio, se adentra en lo confuso
acumula su fuerza, se convierte en lo grandioso
abarca por entero las diez mil cosas
atraviesa de un extremo al otro el perfecto vacío
vasta inmensidad donde las nubes se suspenden
viento interminable en el desierto silencioso
más allá de las imágenes y fenómenos solo existe
el poderoso centro transformador del círculo
hay que asirlo firmemente, sin forzarlo,
y lo que advenga, entonces, podrá ser inagotable
Es posible escribir, pero escribir como los dioses solo le es dado a los elegidos. Intentar describir ese estado, esa circunstancia, solo nos llevaría a la constatación de que el lenguaje es una burla y un fracaso. Por eso, el creador, alejándose de la fluidez del discurso, acude a los opuestos, igual que si estuviéramos inmersos en un mar de olas contrarias, de vientos enemigos. Y en medio de esa tormenta atroz de las palabras es posible no solo la supervivencia sino la superación de todas las limitaciones.
Los opuestos generan en nuestro interior movimientos que se anulan a sí mismos. La fuerza centrípeta acumulada se concentra, como un agujero negro cada vez más misterioso y más ajeno, más atrayente y distante. Silencio tras una lucha agónica. Estamos muy cerca del principio de la vida, muy cerca de los primeros balbuceos del lenguaje, pero aún nada ha comenzado.
Todo está oscuro. Todo es grande, fértil y potencial. La extrema condensación de todas las fuerzas es un único punto tiene su envés en la línea. Punto y línea, pero, sobre todo, punto, círculo celestial que nos engulle y protege. El creador que traspase, con deseo y sin violencia, el centro de ese anillo, viajará más allá de las imágenes y los fenómenos y su obra se convertirá en la manifestación de un dios.