SANTA SIMONE

 

 

 

 

 

 

 

 

TEMAS Y VARIACIONES

(DE «SKLADISTE»)

 

SANTA  SIMONE

 

La señora Simone de Beauvoir no tiene ahora, al final de sus días, al hacer balance de su vida intelectual, no tiene, dice, nada que reprocharse. Vivió, con Jean-Paul y al lado de Jean-Paul, una vida ejemplar, y ahora cual santa, santa Simone, habla satisfecha de sí misma: Juana de Arco, santa de armas tomar, y santa Teresa en una persona; escribió, luchó por el bien de la humanidad, estuvo en el «bando bueno», sembró la semilla del feminismo y ahora puede «rumiar el dulce lúpulo de juventud», imperturbable. Tiene la conciencia completamente tranquila. Está más que satisfecha. Sí, es cierto, no tuvo una postura del todo correcta, una percepción clara en lo que se refiere a los gulags (me comenta R.I. que para la nueva edición de la Larousse están preparando la entrada gulag), pero, probablemente, no se siente en absoluto culpable, su conciencia es tan pura como el corazón de Juana de Arco: santa Simone (junto con san Jean-Paul) sufrió la misma confusión que «todos los franceses», así que por qué tener remordimientos. ¡Todos eran tontos, y yo con ellos! ¡Como si su deber no hubiera sido evitar ser «tonta como todos los demás»! Como si su deber no hubiera sido ver lo que los demás no veían. Porque los otros no peregrinaban al Kremlin como la pareja de santos franceses: Jean-Paul y Simone; ¡porque los demás no tenían conocimiento de todo lo que ellos sí!

¡Porque a otros no se les acercaban intelectuales defenestrados, silenciados y asustados para decirles, para dar testimonio de lo que ocurría y cómo ocurría! Porque a los otros no se les había facilitado, ya en la década de 1950, el informe Gulag, y porque los otros no habían dicho lo que dijo san Jean-Paul por no «desesperar a Billancourt». Porque para los intelectuales de este siglo, de esta época nuestra, hay un solo examen de conciencia, hay sólo dos asignaturas por las que uno suspende y pierde no un curso, sino el derecho (moral) de la palabra definitivamente: el fascismo y el estalinismo. Todo lo demás son sandeces. Y el feminismo de la señora Simone es una bagatela, como el resto de las otras bagatelas intelectuales francesas. Bagatelas para una masacre, quise decir.

1979

 

 

 

DANILO KIŠ

HOMO POETICUS ENSAYOS Y ENTREVISTAS

(traducción del serbio de Luisa Fernanda Garrido  y Tihomir Pištelek)

Editorial Acantilado.

 

 

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